Sampaoli revoluciona Sevilla para mejorar el legado de Emery

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De un tiempo a esta parte y dentro de esta espiral autodestructiva que vive el fútbol español, cualquier jugador (o entrenador) que destaque mínimamente en un equipo que no sea Real Madrid o Barcelona, acaba invariablemente en cualquiera de ellos o en el extranjero. Este hecho, que parece tan “divertido”, algunas veces, o irrelevante, otras, para gran parte de la afición y periodismo patrios, debilita cada día más a la que algunos se empeñan en seguir llamando “la mejor Liga del mundo” (es “la Liga con mejores jugadores del mundo”, que es un concepto bastante diferente).

Los últimos ejemplos, sin ir más lejos, del pasado verano, son las marchas de André Gomes y Paco Alcacer, del otrora grande Valencia al Futbol Club Barcelona, o la de Unai Emery del Sevilla tri-campeón de la UEFA Europa League, al PSG. Y el conjunto hispalense, tras tres años y medio de notables éxitos, especialmente en Europa, con el preparador vasco, se vio obligado a buscar un nuevo inquilino para un banquillo no siempre fácil; y un inquilino que, en la medida de la posible, pudiese garantizar los notables resultados cosechados por su predecesor.
Y el elegido por Monchi, auténtico alma mater del espectacular equipo que es el Sevilla desde hace ya varios años fue el argentino Jorge Luis Sampaoli… En su haber, su enorme prestigio labrado a lo largo de una extensa carrera profesional que alcanzó su cima con sus éxitos al frente del conjunto de la Universidad de Chile (Diciembre de 2010 a Diciembre de 2012) y al frente de la propia selección chilena, que dirigiera entre el 3 de Diciembre de 2012 y el 19 de Enero de 2016, haciendo a “La Roja” (Chile si lo es; y no España) vencedora de la Copa América 2015 por primera vez en su historia. Y en su debe, la falta de experiencia en el fútbol europeo (dicen no suele ser fácil el salto) y, a ojos de muchos, el cambio radical que habría de imponer a un equipo, el Sevilla, acostumbrado en los años de Emery a jugar al fútbol con unos planteamientos diametralmente opuestos a los preconizados por Sampaoli.
Monchi, máximo valedor del fichaje de Sampaoli, recibe al argentino a su llegada a Sevilla (Foto: marca.com)
Y tras unas primeras semanas difíciles, en las que fue objeto no solo de crítica (cualquier personaje público está o debería estar sujeto a ella) sino de mofa (debería ser intolerable) por parte del exigente público del Pizjuán, que tardó poco en sentenciarle y en ‘decidir’ que había sido un error de proporciones bíblicas un cambio tan radical en la filosofía del técnico, el argentino comenzó a tornar, poco a poco, los silbidos en aplausos, la crítica, en alabanza y la mofa, en casi reverencia.
Llama mucho la atención el poco tiempo que ha tardado Sampaoli en implantar su idea en casi todos los aspectos del juego. Si nos atenemos a la disposición sobre el terreno de juego, Emery planteaba, casi de forma invariable el 4-2-3-1 (o el 4-3-3, que, según se viese a Banega como mediocampista más adelantado u ocupando la parcela central en la línea de tres mediapunta, acababa siendo lo mismo) mientras que Sampaoli es mucho más versátil: utiliza el 4-2-3-1, cierto (aunque con un detalle diferenciador clave: con tres mediapuntas natos, sin el ‘Banega de turno’ que podía bajar a mediocampo a ejercer de organizador) pero también el 4-1-4-1 o 4-1-3-2 (con el descollante y tambien otrora vilipendiado N’Zonzi sujetando un entramado ofensivo de cinco jugadores permanentemente por delante del balón) o el 5-3-2 (o 3-5-2) con tres marcadores centrales y esa otra revelación que es Mariano en el carril derecho y Escudero en el izquierdo…
Si nos atenemos a los jugadores, la ‘revolución’ viene derivada de los referidos cambios en la disposición táctica: sea cual sea el dibujo que se utilice en cada partido, hay un denominador común: cuando el Sevilla recupera la pelota, siempre tiene muchos jugadores por delante de la misma. Y, sin que esto sea en absoluto una critica al modelo anterior (entre otras muchas razones, los resultados para si los quisieran muchos), donde otrora Emery basaba sus planteamientos en un buen número de los llamados ‘jugadores de equipo’, bregadores, futbolistas de gran sentido táctico y muchas veces, de poca imaginación… la puesta en escena de Sampaoli se basa, tanto en el número de efectivos como en su rol clave en el juego del equipo,en jugadores de talento, en mediapuntas, en hombres cuya principal misión es mirar la portería contraria: de los Krychowiak (casi inédito, por cierto, en el PSG), Iborra, N’Zonzi… como base fundamental del equipo, hemos pasado a los Nasri, Vitolo, el ‘Mudo’ Vazquez, Sarabia… como piedra angular de la escuadra de Sampaoli. Y no es una cuestión solo de nombres: Iborra, N’Zonzi o Vitolo, notables futbolistas todos ellos, ya eran titulares habituales el pasado ano. Pero, al final, lo que hace grande a un equipo es la idea que hay detrás de él y si los jugadores que tienes, con unas u otras características, son capaces de interpretarla.
 
Ben Yedder, uno de los recien llegados esta temporada (Foto: sevilla.abc.es)
 
Y, al margen de la integración de muchos jugadores nuevos en poco plazo de tiempo, este ha sido el gran éxito de Sampaoli: inculcar su filosofía, una filosofía basada en la intensidad, en la presión en todo el campo, en la subida permanente de los laterales para crear superioridades en banda contraria… y en el futbol de ataque (“para tener opciones de ganar los partidos, es muy importante tener la pelota más tiempo que el rival”, predica siempre); un ‘futbol de ataque’ concebido de una forma radicalmente opuesta a lo que se ha dado en llamar ‘tiki-taka’, mucho más directo y ‘eléctrico’ que el llevado a los anales de la historia como paradigma del ‘jogo bonito’ por el Barcelona… pero ‘futbol de ataque’, en toda la amplitud del término.
El resultado está ahí: pese a las reticencias iniciales, el Sevilla ha completado la mejor primera vuelta de su historia, con 42 puntos y se mantiene en la segunda posición de la tabla por delante de Barcelona y Atlético de Madrid y a tan solo un punto del Real Madrid (aunque este tiene un encuentro por disputar). Difícil es pronosticar a día de hoy si el Sevilla seguirá en la lucha por la primera plaza (otra muestra del carácter de Sampaoli: en contraposición a aquellos que, en las mismas situaciones, afirman que su objetivo es la Champions o la tercera plaza, Sampaoli se atreve a afirmar que su Sevilla luchara por la Liga “hasta donde llegue”) pero parece claro que al Atlético, habitual inquilino de la tercera plaza desde la llegada de Simeone sin mayores apuros, le va a costar sangre, sudor y lágrimas alcanzarla este  año.
Dirigiendo a Universidad de Chile y mostrando la efusividad ‘marca de la casa’ (Foto: elperiodico.com)
Sampaoli cogió un equipo campeón y lo ha transformado en uno que aspira todavía a más: profundo admirador de Marcelo Bielsa, tanto de su futbol como del personaje en sí, pide y exige a sus jugadores en el césped la misma intensidad y el mismo grado de implicación que muestra el en cada partido, recorriendo varios kilómetros en cada uno de ellos dentro de su diminuta área técnica, expresándose efusivamente, no solo ante un gol, sino ante cualquier detalle del juego que le guste o desagrade y transmitiendo desde la banda una energía y una seguridad en sus convicciones bastante poco habitual.
Bienvenido seas Jorge Sampaoli, bienvenidos sean a la Liga española este tipo de técnicos que aportan, tanto desde el plano técnico como desde el emocional, cosas muy diferentes a las habituales y que permiten a equipos notables competir (casi) de igual a igual con aquellos que, dinero y ‘otras hierbas’ mediante, parecían inalcanzables.
NOTA 1: Salvando algunos pocos matices (sobre todo, en lo que se refiere al concepto táctico), el articulo podría haber sido escrito, casi palabra por palabra, para ese ‘equipo de autor’ que es Atlético de Diego Pablo Simeone.

 

NOTA 2: Pregunta de un atlético: ¿Porque Vietto y Kranevitter, ambos cedidos desde el Calderón, parecen ser casi las dos únicas notas discordantes, casi los dos únicos jugadores que no dan con Sampaoli su máximo nivel de prestaciones?
 
 
Escrito para The Football Meeting (@TFM_web)

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