Pese a la pérdida de Romelu Lukaku (o, tal vez, debido a ella y sus consecuencias económicas), el Everton de Ronald Koeman se convirtió el verano pasado en el gran favorito de las casas de apuestas británicas para ser equipo “revelación” del año en la Premier League y parecía estar en mejor disposición que nunca para luchar de una vez por todas por un puesto superior al séptimo en la clasificación final; posición solo alcanzada cuatro veces en la última década. Con los millones obtenidos por Lukaku (y alguno que otro más), el Everton se lanzó al mercado y logró cerrar un puñado de notables jugadores, pagando cifras que jamás antes se habían alcanzado en Goodison Park: el portero Jordan Pickford (nada menos que 28,50 millones de Euros se pagaron por él), el central Micheal Keane, los mediapuntas Gylfi Sigurdsson (fichaje más caro en la historia del club, casi 50 millones de Euros) y Davy Klaasen… al margen del regreso (a coste 0) del ‘hijo pródigo’ Wayne Rooney, hicieron que el Everton fuese el séptimo equipo que más dinero gastase este verano en Europa tras los ‘colosos’ Manchester City, PSG, Chelsea, Milán, Barcelona y el Manchester United.
Sin embargo, las cosas no están rodando bien para los de Ronald Koeman: el equipo marcha decimosexto clasificado, a tan solo dos puntos del descenso, habiendo sumado únicamente dos victorias y un empate en los siete partidos disputados en la Premier; súmese a esto una errática trayectoria en la UEFA Europa League (contundente derrota ate el Atalanta y rácano empate ante el modesto Apollon Limasol chipriota) y el poco rendimiento dado hasta ahora por fichajes millonarios. Todo este coóctel está provocando numerosos rumores sobre la continuidad en el banquillo toffee de Ronald Koeman, caso de no enderezarse, de forma inmediata, los resultados.
No obstante, entre tanta tiniebla y, al margen de la esperanza de que el equipo (y varios de los recientes fichajes) empiece a dar lo que se espera de él, una nueva luz ha surgido hace pocas fechas en Goodison: el senegalés Oumar Niasse. Antes de entrar en las razones de este anhelo, hagamos un poco de historia … Nacido en Dakar, Niasse recorrió unos cuantos países antes de la que parecía su explosión definitiva: tras una primera aventura de algunos meses en forma de cesión en el Brann noruego, el senegalés fue traspasado definitivamente por su club de origen (el US Ouakam) al Akhisarspor turco en el verano de 2013 por apenas 250.000 Euros: doce goles y seis asistencias en la Superliga turca le valieron su traspaso, solo un año más tarde, y por más de 5 millones de Euros al Lokomotiv de Moscú. Tras una primera temporada de adaptación (apenas 4 goles y 3 asistencias en los 15 partidos de Liga que disputo en la campaña 2014/15), Niasse pareció explotar definitivamente en la 2015/16, donde 8 goles y 7 asistencias en la primera mitad del curso hicieron que el Eveton le reclutase para sus filas, en ese mismo mercado de invierno, y pagase por el cerca de 18 millones de Euros, tercer fichaje caro de los blues por aquél entonces, tras Marouane Fellaini y Romelu Lukaku.
Pero su aventura inglesa no comenzó nada bien: en aquella segunda mitad de campana 2015/16, todavía con Roberto Martinez en el banquillo del Everton apenas disputó 150 minutos repartidos en cinco encuentros (únicamente 2 de ellos como titular; el primero de ellos, el 30 de abril) y no conseguiría perforar la meta contraria (algo lógico teniendo en cuenta los pocos minutos que estuvo sobre el césped). Pero, como decía Murphy “todo lo que va mal es susceptible de empeorar”; y esto fue lo que le sucedió a nuestro protagonista de hoy: la llegada de Ronald Koeman al banquillo toffee, en lugar de un revulsivo, resultó ser un drama aun mayor para el senegalés. Y es que, tras verle apenas 45 minutos en un amistoso de pretemporada ante el Jablonec, el holandés le comunicó que no contaba con él. Lo peor del caso no es que no se contase con el (son cosas que pueden pasar en el mundo del futbol); lo realmente dramático fue que ni siquiera se le permitió entrenarse con el primer equipo, sino que se vió forzado a hacerlo con el sub-23 e, incluso aquí, padecía una situación tan indigna que ni siquiera tenía taquilla, como el resto de jugadores sino que, como el mismo reconoció en una entrevista hace ahora un año “llegaba cada día a entrenar con sus cosas, dejaba su bolsa tirada en cualquier sitio y, al concluir la sesión, volvía a recoger todo, lo montaba en su coche y regresaba a casa”.
Sin embargo, donde cualquiera se hubiese hundido, Niasse perseveró argumentando que “era solo una mala época y que ya vendrían tiempos mejores”. Una cesión al Hull en la segunda mitad de la campaña pasada tras no haber jugado, obviamente, ni un minuto en el Everton le hicieron ver nuevamente la luz al final del túnel: cuatro goles y una asistencia fueron su balance en los diecisiete encuentros que disputó, doce de ellos como titular. Pero el más que aceptable desempeño con los Tigers no pareció cambiar un ápice la opinión que Koeman tenía de él y, por tanto, su situación, al menos en lo referido al primer equipo, en el arranque de esta campaña 17/18. De hecho, ni siquiera fue incluido en la lista oficial del equipo para la UEFA Europa League.
Hubo, sin embargo, un cambio que podría parecer insignificante si pensamos en alguien por quien se pagaron 18 millones de Euros pero que está resultando, a la postre, definitivo: Niasse comenzó a jugar con el equipo sub-23 y en dos encuentros como titular, antes el Chelsea y el Tottemham de la misma categoría, hizo tres goles y dio una asistencia, colaborando en gran medida a contundentes victorias de su equipo. Esto hizo que Koeman empezara a mirarle con otros ojos, le empezara a incluir en convocatorias e, incluso, a darle minutos. Y los resultados no se hicieron esperar: salió del banquillo para redondear el tres a cero con el que Everton se impuso al Sunderland; volvió a salir como recambio para remontar con dos goles en apenas 35 minutos el encuentro de premier ante el Bournemouth y lograría su primera titularidad el pasado 1 de octubre ante el Burnley en Goodison.
No rodaron tan bien las cosas en este caso (derrota del Everton por cero goles a uno) pero, tras la importantísima baja de Lukaku y el irregular rendimiento mostrado en los primeros encuentros por el español Sandro Ramírez, Niasse esta demostrando que, con un poco de confianza, puede un tener un papel bastante más relevante que el que tanto Roberto Martinez como Ronald Koeman le habían dado en los casi dos años que lleva en el condado de Merseyside. Tiene pinta de que tendrá que seguir esforzándose mucho si quiere seguir gozando de oportunidades, pero aún más pinta de que lo más difícil esta ya hecho.
Nota del Autor: Escrito para @lamediainglesa el pasado 9 de Octubre.