Llegaba el Atlético a San Mamés con un montón de dudas; dudas creadas más por el juego y por los resultados en Champions, que por los guarismos en Liga. De hecho, los números del Atleti en Liga – 6 victorias, 1 empate y dos derrotas – son números casi de campeón, máxime si tenemos en cuenta que dos de los “tropiezos” vinieron acompañados de decisiones arbitrales polémicas, por no decirlo finamente.
Y salió de San Mamés con lo que son, o deberían ser, varias certezas o confirmaciones. La primera, muy bien expresada por Simeone al término del encuentro: “estamos vivos… estamos vivos… muchos nos querían dar por muertos, pero estamos vivos”.
La segunda, algo en lo quizás muchos aficionados atléticos no coincidan conmigo. Leí muchos comentarios en Twitter tras el partido comentando que el Atlético había ganado un partido duro de los de verdad (San Mamés siempre lo es, independientemente de cómo está el Athletic) porque había sido capaz de volver a sus orígenes: la luchas por casa balón, el unocerismo, el “cuchillo entre los dientes” … Uno discrepa. Y uno discrepa porque cree que el Atlético cimentó su triunfo no (solo) en la lucha y demás sino en jugar maravillosamente bien al fútbol los primeros 60 minutos, los mejores 60 minutos ha hecho esta temporada sin ningún término de dudas… después del minuto 60, los cinco cambios, que tan buenos son para ciertas cosas, disuelven los partidos para otras… pero, hasta ese minuto 60, el Atlético adelantó líneas (bloque medio o alto, dicen los pedantes ahora), presionó arriba, se cuidó muy mucho de que esa presión tan arriba no dejase huecos a la espalda de Savic y Giménez, que tienen serias dificultades cuando se trata de defender hacia atrás, y combinó con criterio delante… todo ello con un denostado y criticado de Paul (y no digo yo que sin razón) que es un futbolista tremendamente válido para mantener ese planteamiento de juego… aunque mire mucho menos hacia adelante, que es lo vistoso, lo que le gusta al espectador medio, que es lo que hace con la selección argentina.. mira mucho más hacia atrás, que es mucho más efectivo para un equipo con la estructura y las carencias defensivas del Atleti.
Y la tercera y la cuarta son dos nombres propios en forma de confirmación, si es que hacía alguna falta: Antoine Griezmann y Reinildo Mandava. El francés, pese a los errores cometidos en el pasado, pese a su horrible temporada pasada (en número de goles en Liga, ojo, que no en otros aspectos), pese a todo… sigue siendo uno de los tres jugadores con más calidad de la plantilla (si no algo más) pero, es que, además, Simeone lo enseñó a luchar, pelear, rascar, meter la pierna, tirarse al barro… y, por muy mal digan esté, cada balón toca, sale mejorado. Y el sábado en una gran jugada conjunta del Atlético, Morata se culea por banda derecha, ve la llegada de Griezmann y le echa el balón atrás… y el francés, donde todos hubiesen controlado y tratado de fusilar a Unai Simón, mira al portero, acompaña la jugada y con su pierna derecha (la “mala”) le mete un pase a la red que deja a Simón sin capacidad de reacción, con el molde, que se dice. Gol. Y, al finalizar el partido, hizo algo que muchos le venían reclamando desde la vuelta de su fallida aventura en can Barça: pidió perdón por la misma; y uno es los que creen que, en este tipo de episodios, el perdón se pide y se gana en el campo, jugando, luchando y, en su caso, metiendo goles, pero tampoco está mal este acto de contrición público.
Y volviendo al partido y al terreno de juego, con el marcador a favor y el ya referido “descontrol” del partido por mor de los cambios, emergió, de forma especialmente significativa, incluso, si lo comparamos con su excepcional rendimiento desde el llegó en enero pasado, el mozambiqueño Reinildo. Tanto por su origen, un país no especialmente futbolero, como por experiencias previas de esta directiva, el fichaje resultó, cuanto menos ‘raro’; si bien, tampoco debemos obviar el hecho de que Reinildo ya había sido incluido en varias de los 11s ideales de la Ligue 1 de la temporada 2021/22. Entró directo a los 11s titulares de Simeone, no necesitó esa famosa ‘mili’ o período de adaptación dicen se necesita para entrar en los esquemas del argentino y, ya sea como lateral izquierdo o como central zurdo (una posición en la que, por cierto, no había jugado nunca) se ha consolidado como una pieza clave en este Atlético. Está en el podio de la Liga española en todas las clasificaciones a las que puede optar un defensa (tackles, tackles ganados, duelos ganados, cortes…) pero, más allá de los números, es la sensación de seguridad y solvencia ofrece. San Mamés vio una nueva masterclass del mozambiqueño… ¿la mayor desde que llegó a España? Difícil decirlo, pero sí que es cierto el sábado por la noche tuiteros no dudosos de no saber de esto se empezaron a preguntar si estábamos, a día de hoy, ante el mejor defensa del mundo.
Y, como esto va muy rápido (demasiado, diría yo), llega esta noche el Rayo al Metropolitano: con la sensible baja de Koke; pero, si mantenemos la idea y ejecución del juego del pasado sábado y Reinildo y Griezmann siguen a ese nivel, habrá mucho ganado.
P.D. Escrito para @lavidaenrojiblan ayer martes 18 de octubre de 2022, en la previa del partido frente al Rayo.