La salida de Morata

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… Y pocos días después de rechazar una oferta del fútbol árabe y de prometer públicamente que lo hacía “porque su sueño era ganar un título con la camiseta del Atlético de Madrid”, Álvaro Morata se despide de sus compañeros en el Atlético y pone rumbo a Milán, al AC Milan, en concreto. Y tiene su salida varias aristas vamos a tratar de analizar.

La primera, la parte estrictamente futbolística: siempre fue muy discutido en el Metropolitano, nunca terminó de cuajar entre la parroquia rojiblanca. Tenía, como todos, sus defectos y sus virtudes: entre los primeros, “vivía” permanentemente en fuera de juego y fallaba cara a portería más de lo que se espera de un delantero de equipo grande (si, el Atlético es un grande), sobre todo, cuando cogía la mala racha; entre las segundas, cuando le llegaba la buena racha, era capaz de meter un número decente de goles (15 en la última Liga, al nivel de algunos aspiran a esa farsa llamada Balón de Oro), era muy trabajador, despejaba de cabeza un buen número de balones en faltas y córneres en contra y, sobre todo, desde su posición de delantero centro, fijaba defensas y generaba huecos para que sus compañeros entrasen o tirasen desde detrás. Pero, valorando todo, está muy lejos de los Torres, Kun, Forlán, Falcao, Costa, Suárez… delanteros, esos sí, de equipo grande y de los que algo sabemos en el Calderón y en el Metropolitano.

Y la segunda, la forma de irse, que ha dejado un puñado de situaciones surrealistas que uno cree podrían haberse evitado: el hecho ya citado de marcharse pocos días después de manifestar cuál era su gran sueño (ganar un título con el Atlético) y, para más inri, afirmar que “ganar la Eurocopa con España siendo jugador del Atleti era como ganar un título en el Atleti”, respuestas manifiestamente mejorables a aficionados en Instagram, esa permanente sensación de “me quiero quedar, pero me voy”, esa postura siempre excesivamente victimista, aunque en algunas ocasiones llevase razón…

Valorando todo, uno cree que su decisión de marcharse dejando 15 kilos en caja tiene, a priori, más pros que contras para el Atleti. Ahora bien, y como siempre pasa en estos casos, habrá que esperar a ver quién es su sustituto, si es que acaba llegando, para valorar definitivamente si la operación ha sido buena.

P.D.: Publicado el 19 de Julio en @lavidaenrojiblan

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