Una revolución incompleta

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Pues, en el Atleti, fue pasando el verano y tras la revolución de las bajas, fue llegando, poco a poco, la revolución de las altas: Musso, Le Normand, Lenglet, Gallagher, Sorloth y Julián Álvarez (más el añadido de Giuliano Simeone, si lo consideramos fichaje). Nombres de nivel la mayoría de ellos, nombres del calibre de los que venían reclamándose hace años en el Metropolitano…

Sin embargo, parece que la “cacareada”, Y NECESARIA, revolución en la plantilla se ha quedado un tanto a medias o, al menos, no ha sido lo “total” que presumían y anunciaban los ¿portavoces? de los dirigentes. Por cierto, ¿para cuándo una dirección deportiva clara y transparente en el Atlético de Madrid?

Empezando por los carrileros, en un esquema como el del Atlético, que parece este año mutará a un 5-4-1 en defensa y un 3-4-3 o un 3-4-2-1 en ataque, es fundamental contar con el desempeño de esta posición y nadie parece estarse preocupando por lo escasamente protegida está actualmente en el cuadro rojiblanco. En la derecha, dos hombres optan al puesto: un Nahuel Molina cuya temporada pasada fue bastante decepcionante (qué decir de los minutos jugados este verano), por no decir otra cosa y un Marcos Llorente que, aunque puede cubrir bien la posición (y lo está haciendo de manera fantástica), debe ser un recurso y no un titular habitual en la demarcación. En la izquierda, la situación es algo mejor porque el titular está claro y es de confianza: un Samu Lino que se ha adaptado perfectamente a la posición y al que le vino “de perlas” su cesión en el Valencia en la temporada 2022/23; la cruz de la moneda en esta posición es que el reemplazo del brasileño no está tan claro: ha quedado demostrado que no es la mejor posición de Roro Riquelme, habitual sustituto el pasado año – le falta posicionamiento y conceptos defensivos para ello– y el mozambiqueño Reinildo, que tiene de sobra esos conceptos defensivos (notables sus brotes verdes este año como central zurdo), pero que no ha vuelto a ser el mismo tras la grave lesión que sufrió, no tiene esa llegada a campo contrario que se requiere y, además, pareció perder la confianza de Simeone tras su grave error en el partido de ida de las semifinales de Copa del Rey frente al Athletic Club de Bilbao la temporada pasada.

Y, al margen de los carrileros, la eterna posición no doblada: Koke, el 5, el pivote de toda la vida sigue sin tener reemplazo… A Witsel se le fichó para eso, pero Simeone no debe verle suficiente intensidad defensiva, Barrios ha desempeñado esa posición de manera magistral con la selección olímpica campeona en los Juegos de París, pero Simeone no debe acabar de verlo y ni de Paul ni Gallaguer son jugadores de ese perfil. Por eso, dicen se intentó hasta el final lo de Luis Milla o lo de Ismail Bennacer, jugadores que sí que lo dan…

Por no profundizar en los centrales, donde se han ido tres o cuatro (Savic, Soyuncu/Paulista y Hermoso) y apenas han llegado dos; y tenemos dos de 35 años (Azpilicueta y Witsel), uno de cristal (Giménez) y dos que esperemos recuperen su mejor nivel (Reinildo y Lenglet).

Tal vez, esta revolución sea demasiado para un solo año en cualquier club; tal vez, sea demasiado para la dirección deportiva atlética; tal vez (seguro) debió hacerse en tres o cuatro años, pero esto es lo que tenemos y con esto hay que bregar… Y más que bienvenido lo que ha llegado.

P.D.: Escrito para @lavidaenrojiblan

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