Hablan en estos días ciertos medios de comunicación de que el Arsenal de Mikel Arteta está muy interesado en hacerlo con los servicios del ghanés Thomas Partey este próximo verano, que va muy en serio a por él, que está dispuesto a pagar su cláusula de rescisión y que ya se han producido los primeros contactos con el jugador y con su entorno. También cuentan esos mismos medios de comunicación (u otros, no es un dato relevante), que el deseo del jugador es seguir en el Atlético, que ya esta habiendo contactos para su renovación y que el acuerdo debería alcanzarse en las próximas semanas; incluso hay fuentes que apuntan que el jugador, desde finales del pasado año, está percibiendo una ficha anual mayor de la que dicta su contrato actual.
Y, visto lo anterior, creo no es baladí hacer una reflexión sobre si Thomas debe continuar en Atlético y sobre todo, a qué precio, cuál debe ser su rol en el Atlético de los próximos años.
Primera reflexión: en los precios del mercado actual, dejar marchar a Thomas Partey por el valor de su cláusula actual (50 millones de Euros) seria digno de sonrojarse, para unos, y de asaltar la casa de “los unos”, para los otros aunque bien sabemos que, desgraciadamente, ninguna de las dos cosas pasaría.
Venderlo, en uno o dos años, una vez se le renueve, por la que parece va a ser su nueva cláusula, entre 110 y 120 millones de Euros, puede ser otra cuestión, aunque a algunos les pueda sonar a blasfemia. Pero, en este punto, habría que ponerse a analizar el rendimiento del jugador y, como decíamos mas arriba, lo que puede aportar en el Atlético de los próximos años.
Tiene el ghanés innumerables virtudes, de eso a nadie le cabe ninguna duda: tiene presencia física, abarca muchísimo campo en la parcela central, tiene llegada al área y remate, tiene, incluso, visión de juego. Ahora bien, ¿son validas todas esas condiciones para acabar convirtiéndose en el ‘5’ que necesita el Atlético y, por ende, en el dueño de la (huérfana) posición en que mas esta insistiendo Simeone con él? Pues uno, para ser sincero consigo mismo y con el amable lector, sigue teniendo sus dudas. Y no hemos de perder algo de vista: Thomas es un chico de la cantera que creció en ella y que se siente muy identificado con los colores rojiblancos pero va camino de los 27 años. Quiero decir con esto que está (o debería estar) cerca de su madurez como jugador y que tampoco parece tenga tantísimo margen de mejora.
Como ya he comentado alguna vez en este mismo portal, uno le ve más como interior donde podría aprovechar todas las virtudes de las que hemos hablado anteriormente (sobre todo, la llegada al área y el remate)… o, incluso, como lo llaman los ingleses, como un centrocampista ‘box to box’, ese centrocampista capaz de coger la pelota en su área, recibirla de su portero y, mediante apoyos la mayoría de las veces, llegar a finalizar la jugada en el área contraria.
Claro que cualquiera de las dos ubicaciones anteriores para el ghanés requeriría, en el esquema de Simeone, de un mediocentro de referencia (un Tiago, para entendernos);porque el gran punto débil del ghanés, no nos engañemos, es el poco sentido táctico que tiene si lo comparamos, sin ir más lejos, con Koke o Saul. Y esto (lo del mediocentro de referencia, digo), por el momento, no parece que el argentino lo veo claro con ninguno de los (otros) mediocampistas de la plantilla. Pero eso ya es harina de otro costal, de esquemas y de configuraciones de plantilla.
Por otra parte, cierto es que, cuando Thomas está en plenitud, firma partidos excelsos, memorables, que llaman la atención de cualquier buen aficionado al futbol y, por supuesto, de clubes extranjeros. Pero, seamos objetivos, ¿con cuántos encuentros “a su nivel” nos ha obsequiado el ghanés en lo que llevamos de campaña? ¿Cuatro? ¿Cinco? Poco bagaje, en todo caso.
La conclusión de todo lo anterior es que debería ser renovado y aumentados su salario y clausula de rescisión (eso no tiene duda alguna) pero que, en función, de su evolución los próximos uno o dos años, las condiciones del mercado y hacia donde evolucione su rol en el Atlético, tal vez, el Atlético debería pensar en una posible venta.